Siempre hizo lo que quiso. Vivió intensamente y disfrutó a
sus anchas los avatares. Cuando vine a este mundo, ya comenzaba como fotógrafo
en los estudios publicitarios Siboney. Treinta y nueve años después fui su
compañero de trabajo en un colectivo de cerca de veinte fotorreporteros. En
gran mayoría con cualidades para integrar un equipo Cuba de fotografía
periodística y los más avezados, artística. La barriada de Puentes Grandes, en
un bodegón del tío, desarrolló sus años mozos. Múltiples fueron los destinos de
sus fotos periodísticas, la revista INRA, los periódicos Revolución y Granma,
así como en la era digital La
Jiribilla, Cubadebate, entre otros. Su obra trascendió y
galerías de Cuba y el mundo expusieron su fotografía. Se convirtió en uno de
los emblemáticos de la fotografía cubana. Sus fotos son testimonio de un país
en revolución y sus principales líderes. La noticia sorprendió a muchos en la
mañana de éste último sábado. El gallego Liborio Noval Barberá se acostó la
noche del viernes y el destino quiso que siguiera en un sueño eterno. La
fotografía cubana y el fotoperiodismo están lamentando la partida de uno de su
más fuerte exponente. Su cámara, donde quiera que se encuentre, seguirá
funcionando el obturador y junto a ella el inseparable tabaco cómplice de
testimoniantes momentos. Siempre decía en el periódico que cuando le llegara su
hora de partida, lo haría un fin de semana para joderles la vida a sus amigos y
lo cumplió. Quedan las anécdotas, los chistes, los berrinches, su solidaridad,
su fidelidad, el amigo, queda por siempre Liborio.
Merecido tributo haz hecho al Colega Liborio. Siempre le recordaremos como gran Fotógrafo, hombre y sobre todo Buen Amigo.
ResponderEliminarImagino a Ahmed recibiéndolo y en algún momento, seguiremos compartiendo sus anécdotas y enseñanzas.
Descanza en paz Liborio!