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domingo, 12 de noviembre de 2017

Muito obrigado primo
























Han transcurrido 42 años desde que se declaró la independencia de Angola después de medio milenio de colonización portuguesa y 14 años de lucha armada.
Aún tengo fresca en la memoria aquellas mujeres que por un camino rural en Malanje corrían con una carga super pesada de leña en la cabeza y al preguntarle por qué lo hacían la respuesta fue que para descansar; y el hombre que sin calzado y un vestuario bastante primitivo, marcado el rostro por la hambruna, pastoreando unas cabezas de ganado mal alimentado en tierra de Jamba, al preguntarle por qué no sacrificaba una para su sostén, con pleno convencimiento dijo que las cuidaba para “cuando el amo voltease”. Sin dudas ambos ejemplos, secuelas del colonialismo feroz.
Diez años después de la independencia tuve la oportunidad de tener la primera imagen de esta tierra africana desde la ventanilla de un avión IL-62. Cuando comencé a observar lo que después supe que llevaba por nombre Kimbo, no podía salir de mi asombro, como cuando inhalé el aire de Luanda al salir por la escalerilla del avión.
Muchos son los recuerdos en esa tierra africana donde miles de cubanos la rociaron con su propia sangre ayudando a ese hermano pueblo a no dejarse arrebatar la apreciada libertad.
A todos quienes tuvimos la oportunidad de prestar la ayuda solidaria, mis respetos, pero en particular a los Caravaneros y Pilotos quienes escribieron páginas heroicas, poniendo bien alto la valentía y el coraje de los cubanos.
En muchas familias cubanas hay algún recuerdo bien guardado de Angola y por las calles de nuestra Cuba, de Oriente a Occidente, caminan los héroes anónimos quienes escribieron páginas de gloria en la tierra de Agustino Neto.