“He sido salvado de todo corazón por manos expertas”
escribió a Juventud Rebelde el pinareño Elías Piñeiro en días pasados. Y
agregó: “¡Mil gracias a todos por salvar mi vida y aumentar la calidad de la
misma! El Instituto es una joya de la medicina cubana”. Meses atrás Elías había
sido intervenido quirúrgicamente con una revascularización en el Instituto de
Cardiología, en La Habana. Esto
es solo un ejemplo de cuantos pacientes son operados en ese hospital insignia
de la cardiología cubana sin costarle un centavo. Cuando leía el agradecimiento
público de este cubano a varios doctores, paramédicos, logísticos y de
servicios “por su entereza, amor, humanismo, rigor científico-técnico,
desinterés y solidaridad mostrados en todo momento”, recordé unas fotos
que hice un año aproximadamente y
algunas quiero compartirlas, para unirme con la gráfica al reconocimiento. No
hay dudas, en el cardiovascular de la capital hay mucho amor a corazón abierto.
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