Crecí en Revolución y desde muy niño aprendí admirar al hombre del Moncada, del Granma, de la Sierra Maestra. Estaba donde quiera, de día o de noche y hasta de madrugada junto al pueblo. Nadie sabía donde vivía pero aparecía como por arte de magia y lo mismo compartía con quienes comenzaron a cambiar el paisaje rural de las montañas de Picadura para convertirlo en un inmenso plan ganadero, que en un campo de caña por Bainoa introduciendo el corte de caña australiano y el cañaoo para recoger y pilar la dulce gramínea, así como intercambiando con los primeros norteamericanos venidos a Cuba en el Contingente de la Brigada Venceremos y compartiendo con ellos jornadas de corte de caña. Inauguraba escuelas, hospitales, viviendas. Estuvo en la primera línea de combate cuando el ataque mercenario por Playa Girón. Siempre predicó con el ejemplo, por eso Cuba es Fidelista. Cumple 86 años y con las imágenes de mi autoría quiero rendir honor a quien honor merece. Gracias por existir.
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