El sábado pasado fue de duro ajetreo y de lección divina.
Volví a la década del 90 cuando Fidel a cualquier hora, de día, de noche o de
madrugada tenía intensas jornadas visitando obras, dialogando con los
constructores, con maestros, estudiantes, con el pueblo.
Este día acompañé a un
negro alto, campechano, canoso, de diálogo fluido, inquisidor en sus
preguntas, buscándole las raíces a los problemas y las explicaciones que en
ocasiones son necesarias compartir con el pueblo y están ausentes. Dijo “nos debemos
al pueblo” y con ese pueblo hay que dialogar, hay que dar respuesta a los
planteamientos de los electores porque sino perdemos credibilidad y algunos
al no satisfacer sus inquietudes hasta se pueden enemistar con la Revolución por el
actuar burocrático de dirigentes y funcionarios a todos los niveles.
Hay que dar la cara, participar en las asambleas de las
circunscripciones y entablar un diálogo con nuestros electores y cuando un
problema no tiene solución, explicarlo con argumento.
Creo que la venta de los carros, así como la
comercialización de la papa y el huevo son ejemplos elocuentes de lo
anteriormente dicho.
Hace pocos días por el noticiero nacional de TV vi con
alegría las imágenes de las familias que llevaban cerca de 20 años en los
albergues y ahora estrenaban una nueva casa. Se han entregado más de dos mil y
se han terminado más de 300 en locales que antes tenían otro uso. Importante
ponerse en el lugar de los albergados y trabajar con consciencia para darle la
terminación y calidad requerida a las obras para esos núcleos familiares que
por diferentes motivos no contaban con ellas.
Los planteamientos en la capital ascienden a más de 63 mil y
en estos momentos más de 11 mil 500 están pendientes. Las entidades con mayor
cantidad de planteamientos pendientes están Upiv, Viales, Inrh, Comunales, Obe, Comercio y
Etecsa.
El problema con la recogida de los residuos sólidos en La Habana está premiada de
muchas dificultades objetivas y
subjetivas. Alguna, responsabilidad de comunales y otras, responsabilidad de
nosotros mismos. Es en el barrio donde están los recolectores, unos de plástico
y otros de metal. Pero es en el mismo barrio donde están los ciudadanos que
inescrupulosamente echamos los residuos y hasta escombros en plena vía pública
y que otro resuelva el problema. Quien escribe estas líneas conoce de esquinas
donde se recoge los desechos y a las pocas horas está igual o peor. Si se
aplicaran multas fuertes a los infractores, que en ocasiones lo hacen a la
vista de todos, otro gallo cantaría. El 60 por ciento de los residuos de la
capital se recogen en los contenedores habilitados, el resto va al piso.
Tocar los problemas con las manos, interesarse por las
inversiones y el uso correcto del presupuesto y la calidad de las obras fue uno
de los objetivos de este hombre, que
comenzó desde la base en su natal Jovellanos y ahora tiene la responsabilidad
de Presidente de la Asamblea Nacional
del Poder Popular.
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