La lluvia que enjuagó las calles capitalinas la noche del domingo no fue impedimenta para que el teatro Mella se colmara de seguidores del Jazz y la música clásica. La calle Línea copada de varios ómnibus del turismo anunciaba la aceptación de los Festivales Jazz Plaza en un público norteamericano y canadiense venido para la ocasión. Era la clausura y se auguraba, como fue, una noche de lujo. Bajo la batuta del maestro Joaquín Betancourt, el Jazz Band dio muestra del talento de los jóvenes que lo integran quienes con soltura en el manejo de sus instrumentos lo dieron todo en la interpretación de las siete piezas del programa. Fue una noche que dejó con ganas a los asistentes de seguir escuchando la fusión del jazz clásico. Las manos de Frank Fernández extraen del teclado, con maestría, la melodía del Ave María de Schubert. Después excelente dominio en Rhapsody in Blue de George Gershwin. En la creación de sus dedos por encima del teclado blanco y negro no deja de estar la pincelada caribeña. Hay mística en su música y es un reto poder reflejar en imágenes estos momentos cumbres que ya engrosan la historia del jazz cubano. La unión de Frank y Joaquin nos dio una noche bella en la cual también tuvieron que ver Héctor Manuel Quintana (guitarra), el tenor Yury Hernández, Evelyn Suárez (flauta) y los saxofonistas Ernesto Camilo y Michel Herrera.
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