Al amanecer mi fiel compañera se
vuelve remolona y no responde a la acción del obturador. El paisaje es único.
Entre la neblina se va dibujando la figura de Isabel seguida de su pequeño hijo,
quien diariamente asciende el empinado cerro, por angostos trillos, para ir en
busca de la vaca que le garantiza la leche. Sus manos son diestras a la hora de
extraer el preciado alimento.
Cuando aún la Luna no ha cedido
su estrado al Astro Rey, ya las llamas del fogón de Angélica nos esperan con un
buen tinto acabadito de colar. Con lluvia o sin ella la vida no se detiene. El
principal medio de transporte es el mulo o caballo, aunque por los caminos pedregosos
los más jóvenes circulan, a velocidades insospechables, encima de sus modernas
motos Yamaha o Hondas.
Deisy, la maestra del aula
multigrado de la escuela rural, siempre llega cabalgando su corcel, escoltada
de su pequeño Juan José, para cada nueva
jornada educativa con sus alumnos. El balón de fútbol, por cualquier rincón,
siempre se encarga de los ratos de esparcimiento.
Es la época del desarrollo
tecnológico y por estas alturas es normal encontrarse manos manipulando un
celular androide o con vestuario típico de la zona empuñar un tablets último
modelo. Pero también se escuchan anécdotas de desalojo, explotación, violencia.
A medida que me adentro en el
mundo de la comarca descubro gentes maravillosas. Don Bernardo, tanto encima de
su mulo o caminando enfundado en sus botas de caucho por atajos inhóspitos,
machetín a la cintura y cobijado debajo de su sombrero de paño, recordando los orígenes.
Camilo y Adrián, jóvenes ellos,
imprescindibles a la hora de hacer camino al andar por estas elevaciones que al
enfrentarlas ponen a prueba la preparación física, aumentan considerablemente
la “sinfonía” del ritmo cardiaco y nos ratifican el precepto martiano de que subir montañas
hermana hombres.
Cuando reposo mi cabeza en la
almohada cada noche, hay un pensamiento para aquellos que en breve tiempo
supieron agenciarse la amistad de quien escribe estas letras, porque cuando les
mira a los ojos a mujeres, niños y hombres de estas montañas está convencido de
que pueden alcanzar sus utopías.
De donde has sacado ese panorama tan actualizado con el desarrollo, estimado periodista. Felicitaciones a esa familia.
ResponderEliminarCarta abierta a las Naciones >>> http://latierraseestapreparando.blogspot.com/
ResponderEliminaramigo mio en mis tiempo d juventud cualquier foto de esa era normal en los montes de cuba pero ahora es muy dificil de ver y no por culpa del desarollo sino porque no atendemo lav gente q viven en el monte como decimos los cubanos, un abraso,solo una pregunta de esa foto cual fue en cuba
ResponderEliminarMe imagino quee eso es en Colombia
ResponderEliminarDefinitivamente es Colombia........la foto de los 2 hombres frente a los mulos..........el de la Izquierda tiene puesto un sombrero NETAMENTE COLOMBIANO.
ResponderEliminarY esa MOTO.. ?????...........
Plagio