Los contrincantes son fuertes. Plumas reconocidas con sus
propios estilos y manera de hacer periodismo. El jurado no menos despreciable.
La decisión Marina Menéndez. Hoy recibió el diploma que la acredita como la
premio ramal por la obra de la vida, “Jorge Enrique Mendoza” en el año 2012 en
prensa escrita. Es la Marina
que desde muy joven ha estado vinculada a las redacciones del periódico de la
juventud cubana. La vistosa mulata que vemos lo mismo encima de una moto
babetta que en una bicicleta china por las calles de La Habana, su Habana. La que
caminó por la zona desmilitarizada en El Caguán cuando aquellas conversaciones
de paz en Colombia. La única persona que sin pensarlo, encendió un cigarro en
el salón plenario de la Asamblea General
de la ONU en New
York. Una de las voces que domingo tras domingo, en pleno período especial,
cuando se redujo al máximo las tiradas de los medios impresos, llevó Rebelde en
Rebelde a la radio. La misma que se ha ganado un digno puesto en la Mesa Redonda de la televisión
cubana por los acertados análisis de los temas internacionales. Es la joven que
cortaba cable cuando el linotipo en la redacción de internacionales de Juventud
Rebelde, ahora menos joven de edad, pero con eterna juventud de corazón quien
se desempeña como subdirectora editorial. La mujer que tiene apego por los
ejercicios y la que gran parte de nuestro gremio la quiere por sus cualidades
profesionales y humanas. Elio, su padre, debe estar lleno de regocijo. Elio y
Marina, dignifican la profesión.
Ay, qué belleza! No merezco tanto!Pero cómo te agradezco lo de la juventud de corazón..Jejjej, eso sí que es verdad... Y mi cigarrito en la ONU! Pero no se quedó atrás el fotógrafo que conmigo y Nidia le cayó detrás a un taxi en pleno Manhattan.Jajajaja!
ResponderEliminarTú tampoco te despintas! Tan bello como siempre!! Gracias!!!