Una vez más el libro es el protagonista. No importa la
edad. Cualquier momento es oportuno para adquirir un título, buscar una rúbrica
de sus autores o escuchar testimonios entrañables en la voz de sus propios
protagonistas.
Los fines de semana se colman las callejuelas adoquinadas
de La Cabaña. La gran mayoría para ponerse en contacto con el carnaval del
libro que allí se escenifica, otros empinan papalotes, hay quien lo asume un
paseo de fin de semana y porque no en busca de un recreo con el paisaje que se
aprecia desde esta elevación hacia la majestuosa ciudad de La Habana.
Los asiduos valoran el retorno de la librería gigante en
el centro de la explanada. Fidel y Hart son los indiscutibles protagonistas de
esta feria, la XXVI. El primero como iniciador de tan fenómeno cultural y hoy
latente con su legado como humanista, revolucionario, estadista y defensor de
los desposeídos. El segundo como revolucionario e intelectual quien ha puesto
su papelería y su pensamiento a consideración del gran público, de los
lectores.
El libro vive y como está acostumbrado nuestro pueblo,
inundará cada rincón de Cuba, porque la Feria Internacional del Libro es una
lluvia del saber que nos moja a todos.
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